Os voy a contar una historia en modo de relato que le paso a una buena amiga periodista, por supuesto con algunas pequeñas licencias que hacen de esta sea un poco más interesante. Te prometo que te gustara y seguro te va a poner muy caliente este pequeño relato. !Ahí vamos¡.
Mi nombre es Jessica, soy periodista y tengo 24 años. Me describiré físicamente: soy de estatura mediana 1,72cm , morena con aspectos latinos, pelo moreno oscuro y ojos marrones, bonitas caderas y cinturita de avispa, pero lo que más me satisface y más miradas atrae son mis pechos y mi bonito trasero.

Me encanta ir sin sujetador y sentir como mis pechos se mueven sin parar rozando la tela de la ropa. He de confesar que esto siempre me ha excitado bastante.
Ahora que ya sabes como soy te voy a contar la excitante y abrumadora historia de lo que me sucedió la semana pasada.
Llegué a la oficina de mi redacción y entonces mi jefe me llamo:
–Buenos días D. Antonio- le dije a mi jefe que así es como se llamaba.
-Hola Jessica, pasa y siéntate. En esta ocasión me gustaría que hicieses un reportaje sobre los clubs nocturnos, vamos, sobre los burdeles y clubs de alterne. Para el artículo tienes que recabar información de clientes, chicas de compañia, y todo aquel que se mueva por allí, tratando sobre todo de captar cual es el tipo de gente que visita este tipo de clubs y como es la vida de las chicas que en él trabajan.
-¿Para cuándo necesita el reportaje?
-Tenemos que publicar el reportaje el lunes de la semana que viene.
-No hay inconveniente Don Antonio – respondí apresuradamente. Hacer aquel reportaje no estaba mal, ya que supondría no acudir a la oficina durante 2 días.
– ¿Iré sola?¿O bien voy con Mario para la fotografía?
-Mario tiene otro trabajo pendiente, así que vas a ir sola en esta ocasión. El artículo ha de ser de al menos unas 2 páginas, más portada a doble cara.- Afirmó Don Antonio
-Fantástico. El domingo lo tendrá a primera hora preparado Don Antonio. – respondí ilusionada de ver que por fin contarán con uno de mis artículos para la portada de la revista.
-Está bien por hoy, puedes irte a casa si quieres Jessica.
Ese día recuerdo que salí muy contenta de la oficina. Me abruma bastante el tener que sondear burdeles y los night Club las próximas dos noches, sin embargo, era mucho mayor la ilusión que tenía por hacer un artículo de portada, así que tenía que esforzarme por hacer en esta ocasión el mejor de mis reportajes.
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Esa misma noche, en el Night Club

Llegó la noche y me preparé para salir. Me puse un mono ajustado blanco. Es una de mis prendas preferidas pues me permite lucir mis caderas y mi cintura. Mis amigas siempre me dicen que ese mono me queda fenomenal… Ahora lista salí en busca del primer burdel que había encontrado en la red cerca de mi ciudad, el Night Club Las Muñecas.
El Club Las Muñecas está en las afueras de la región. Es un Night Club bastante grande y lleno de luces llamativas de tonos morados y brillantes, vamos como casi cualquier club de alterne.
En el parking de aquel Night club había bastantes coches aparcados, y eso que todavía era bastante temprano. Realmente me sorprendió ver tantos coches a esa hora. Era como si ese día fuera especial por alguna razón.
Entré por la puerta y me encontré de frente con la recepción, una atractiva mujer rubia, de unos 50 años me atendió. Esta debe ser la madame dije para mi.

-Buenas noches ¿que quiere?– dijo aquella madame.
-Buenas noches, ¿podría charlar con el dueño o el gerente del night club?
-¿Para qué?
-Soy periodista y me gustaría hacer un reportaje sobre el negocio de la noche y la vida nocturna, y qué mejor sitio para hacerlo que su local y sus chicas para hacerlo – le repliqué a aquella mujer, tratando de convencerla haciéndole un poco la pelota.
-Espere un momento – contestó.
La señora salió por una puerta posterior cuya puerta no era más que la típica túnica o cortina morada de esta clase de clubs que se ven en las películas. Al poco tiempo volvió.
-Acompáñeme.
Traspasamos la cortina que separaba la recepción del resto de aquel night Club
-La tercera puerta a la izquierda, allí le atenderá Roberto el dueño del Night club- me dijo aquella madame.
-Muchas gracias.
Entré en el despacho y sentado en su escritorio me recibió un hombre de unos 50 años algo rechoncho y descuidado, con una mirada perdida y taciturna pero con mirada fija y penetrante.
-Buenas noches, ¿en que puedo ayudarte? – me preguntó amablemente.
-Hola, me llamo Jessica, soy periodista y me gustaría hacer un artículo sobre su local y sobre la prostitución y la vida en noche, conocer un poco a las chicas y hablar con ellas, y por qué no y si lo desean también con alguno de sus clientes.

-¿Qué tipo de artículo quieres hacer? – me replicó el dueño de aquel night club con voz desconfiada.
-Pues sobre el trabajo que hacen las chicas, como funciona un night club y como se comportan los asistentes al local, si quieren por su puesto.
-Mmmm…. de acuerdo, pero no puedes divulgar ningún nombre, ni siquiera las iniciales. Tenemos muchos clientes fijos y no queremos dañar su reputación.- Me contestó el gerente con actitud arrogante.
-Perfecto, no hay problema.
-Y… una única condición más…- me dijo mientras se alzaba y se sentaba en la esquina del escritorio frente a mi.
-Dígame – le dije algo sorprendida.
-No es necesario que te diga que eres hermosa y por lo que puedo intuir tienes un cuerpo de escándalo.- me dijo con mirada lasciva.
-Bueno, gracias.- Le dije con sonrojo y algo atemorizada…
-¿Qué te parece formar parte de un show esta noche? hoy tenemos un pequeño espectáculo para nuestro clientes en el night club y estoy seguro que la experiencia te sera muy util para tu reportaje. ¿no me digas q no te atreves?- dijo con cierta condescendencia.
-Perdone pero no he venido a eso.- dije convencida y algo indignada.
-Pues sin espectáculo no hay reportaje y aparte te daría una buena suma de dinero. Antes que digas nada te diré que más de 1000$ por únicamente una actuación de media hora.
-Es bastante dinero pero no es lo que he venido a hacer aquí. Creo que me voy a ir a otro night club a probar suerte…- y me levante algo enojada.
-5000$ y es mi última oferta.- me dijo el dueño de aquel night club apurado.

Tengo q decir que esa cifra me descolocó un poco, al fin y al cabo 5000$ por media hora, no los puede ganar todo el mundo. No sé por qué razón dije lo siguiente:
-¿Y si lo hago habrá fotos o videos?- que pregunta más tonta. Según le preguntaba ya me arrepentía de haberlo hecho.
-No, tranquila. Requisamos todos y cada uno de los móviles y cámaras antes de entrar al espectáculo por medio de un detector de metales y de frecuencias que tenemos en la entrada del local.- me dijo con tono tranquilizador.
-¿Y exactamente… como es el “show ”?
-Sería un medio striptease, con otros 2 hombres, es decir, no tienes porque quitarte la ropa interior, salvo que pierdas los papeles.- me dijo con sonrisa socarrona.
Lo pensé durante unos segundos y aún me pregunto cómo pude decir que sí.
-Está bien, lo haré.
-Perfecto. Perdoname que no me haya presentado, soy Roberto. No es necesario que te cambies de ropa, la que llevas es muy morbosa. Seguro que a nuestros clientes les va a encantar. Acompáñame al backstage del night club, así conoces a las otras chicas.
Lo seguí al gerente hacia el backstage. Allí estaban un tío colosal y otro bajito feo y gordito, el cual me extraño bastante que estuviera ahí para un streeptease; junto una chica rubia que parecía de europa del este.
–Gia, esta chica hoy va a hacer tu actuación.- dijo el jefe del Night Club.
La muchacha asintió sin preocupación mirándome de lado y conteniendo la sonrisa. Ella parecía saber perfectamente en qué consiste el espectáculo. Madre mia, me moría de los nervios.
-¡Tranquila mujer!, aunque cuanto más inquieta más morbosa.- dijo el Jefe del night club.
-“¡Y en este momento el espectáculo más excitante y plato fuerte de la noche! ¡El striptease!”- Dijo una voz por megafonía.
-Vamos- Dijo el tal Roberto, mirándome como a un corderito que va hacia el matadero.
Justo en ese momento estuve a puntito de arrepentirme y salir de allí corriendo, pero antes de que pudiera pensar en nada ya estaba con aquellos 2 hombres en el escenario de aquel night club.
Me flaqueaban las piernas pero conseguí centrarme en los 5000$ y entré tras aquellos dos hombres al escenario.
Aunque el escenario del Night Club era pequeño la sala era bastante grande. En ella debían haber unas 60 personas, de las que prácticamente todos eran hombres a excepción de las chicas del local.
Comencé a moverme en el momento en que mis compañeros de actuación lo hicieron. Ellos empezaron a quitarse las camisetas y yo baje los tirantes de mi mono permitiendo que mis tetas sujetarán la parte de arriba del mono. Sabía que mis pechos pueden aguantar perfectamente sin dejar mis pezones a la vista, y así lo hice. A continuación se quitaron los pantalones y yo también me quite mis zapatos de tacón. En ese instante me calmé, pensé: “ya está”, así que seguí bailando.
De repente mis compañeros de espectáculo se quitaron sus calzoncillos…Y para mi sorpresa pude comprobar que ambos tenían sus pollas bien duras mirándome fijamente. Creo que esta situación inesperada me resultó algo morbosa y de algún me excito.
Me encontraba bailando torpemente y con gran miedo entre aquel par de animales. La verga del tío grande era colosal, seguro que más de 25 cm y muy gruesa; y la del tío bajito era más bien pequeña, unos 10 cm aproximadamente y se veía algo floja..
En cierto modo toda aquella situación me hacía sentir tan excitada como asustada. Todo estaba en aquel momento fuera de mi control.
Entonces sucedió algo inesperado. El tío más grande se aproximó decididamente hacia mi y me agarró las manos de manera fuerte, me las sostuvo con su mano izquierda y con la derecha me presiono sobre mi cabeza mientras que su morado y caliente pene rozaba mi vientre, y ya que mis piernas flaqueaban de miedo no le costó bastante hacerme arrodillar. Cuando lo logró, su polla chocó contra mi barbilla y a continuación contra mi nariz quedando por último su glande pegado a mi párpado derecho. El enano se aproximó y su miembro quedó rozándome la mejilla izquierda, sentí su calor. Los dos reían y hacían gestos de victoria y dominación al público que miraba como loco.

En ese momento el tío más pequeño me sostenía las manos y me sujetaba un hombro para evitar que me levantase, mientras el grande cogió su polla con una mano y la puso sobre mi cara, puedo decir que era más grande de lo que yo pensaba. Yo empecé a gemir.
-Toma puta, ¿disfrutas eh?– dijo el tío más grande.
Yo seguía llorando mientras él comenzaba a darme pollazos por toda la cara y en la boca para intentar meterla. Me resistí, pero fue inútil, el tío bajito me bajó los tirantes del mono habilidosamente con la mano que antes sostenía mi hombro.
Entonces abrí la boca para quejarme y el tío grande aprovecho para metermela hasta el fondo en la boca.
En ese momento sentí un enorme asco inicial y también impotencia. Quería morirme. Notaba la gorda vena de su polla palpitante y su glande rozando mi campanilla. Esa polla enorme me ahogaba y me daban arcadas.
El muy hijo de puta había conseguido meter su polla en mi boca. Mientras le hacía la mamada mis tetas se movían de un lado al otro, y comenzó a tocarlas.
-¡Joder que par de tetas!, son tan grandes que no me caben en la mano – dijo el tío bajito riendo.
De esta forma siguió hasta el momento en que sacó su polla de mi boca y empezó a pasarla y restregarmela por toda mi cara y a mancharmela con mi propia saliva y líquido preseminal.
Aunque no me sentía cómoda con la situación, creo que en ese momento empecé a ponerme caliente de verdad. Mis bragas estaban chorreando literalmente.
-Mira como meneo mi polla por tu cara jajaja, ¿te encanta eh putita?– dijo aquel striper.

De este modo prosiguió durante un buen rato, pasando su verga por mi cara y embadurnando mi cara con saliva y sus flujos.
–!aaaahg! Me voy a correr. Te llenaré la cara de semen, !aaaaghh! !¡Ahí viene!. – en aquel momento no se pajeaba, simplemente dejó su polla reposando sobre mi rostro de tal forma que apuntaba a mi frente.
Y exactamente en el momento que el tío grande se corría conseguí librar una de mis manos pillando desprevenido al bajito que ahora se había confiado, logrando apartar la polla que apuntaba a mi cara durante el primer chorro de semen. Fue a parar al suelo. Suerte que aquel hijo de puta se corría poco y después de ese disparo tan solo echó unas cuantas gotas que fueron a parar a mis manos.
-!Serás guarra! joder! Y tú sujeta con pero fuerte enano!. – le decía al más bajito.
Entre los dos lograron sujetarme otra vez y me pusieron en una silla donde me ataron con una camiseta las manos. Ahí es donde me di cuenta de que no había gritado en todo el show y entonces empecé a hacerlo.
-¡Saquenme de aquí! ¡Me han engañado, no es broma por favor!. Les voy a denunciar hijos puta, soy periodista y se va a enterar todo el mundo de esto.- dije totalmente desgarrada y desesperada.
Parecía que nadie me creía. Todos pensaban que era una parte del show y al parecer deseaban ver lo que venía a continuación.
Sonó la megafonía. Era el puto dueño del night Club el que hablaba:
-“Atención a todos nuestros clientes, todos habéis recibido un número al entrar. Ahora diremos 5 números a la suerte y los agraciados van a poder subir al escenario y llevar a cabo todo lo que deseen con nuestra querida Sandra, y por supuesto podrán correrse donde quieran. !Suerte!”-
Se dijeron los 5 números y uno a uno aquellos hombres fueron subiendo al escenario. Yo me encontraba totalmente en shock y no era capaz de reaccionar. Fue algo extraño, pero una vez aceptada mi sumisión comencé a rebelarme contra mi misma y a hacer cosas que jamás pensé que sería capaz de hacer.
De los 5 hombres que subieron, cuatro eran de edades comprendidas entre los 40 y los 60 años y el quinto era de unos 20, todos gordos y nada atractivos.
“Que empiece el espectáculo”- dijeron por la megafonía del night club.
Se me acercó el chaval con cara de chulo y medio borracho y se bajó los pantalones. Se puso con sus boxers a escasos centímetros de mi cara y se los bajó logrando que su polla se posará en mi mejilla. Empezó a contonearse pasando su polla por mi cara y mis manos. En ese momento se le veía muy excitado.
-¡Vamos correte en mi cara niñato!. Tienes suerte de que no tenga las manos libres- le dije con ira y excitación. Sin duda aquella era otra yo.

-No seas impaciente, falta poco. Chupamela un poco más.- me dijo aquel niñato con cara de imbécil.
Y eso hice, con mi lengua alcance su polla y me la lleve a la boca y comencé con una suave y veloz mamada intentando salivar y engullir al máximo esa suave verga de tamaño medio. No era nada que me fuera a intimidar a estas alturas.
-¡Ahhh! ¡Me voy a correr guarra!- dijo al par de minutos sacando su polla de mi boca.
-¡Vamos lléname la cara de leche panda de perdedores!.- Sin duda estaba fuera de mi.
-¡Ufff!. ¡Levanta la cara que ya me voy!. Te voy a cubrir toda la carita de semen!! aaaghh- dijo uno de aquellos tipos, ya no recuerdo exactamente cual.
Su polla comenzó a disparar, un primer chorro espeso y blanco me cruzó la cara quedándose pegado a mi piel desde los labios hasta el ojo izquierdo, otro se quedó pegado a mi nariz, un tercero cayó sobre el primero llegando hasta mi pelo y los últimos lamparones los dirigió a mis labios y mi ahora cubierta nariz.
-¡Dios, menudo cuadro que he pintado! jajaja…
En aquel momento no se por que comence a reirme y me dio tanto placer que llegue al orgasmo oliendo su semen cuya fuerte fragancia entraba por mi nariz.
-¡¡¡Vamos, el próximo!!!. -dije furiosa y excitada.
Pero por el momento no fueron de uno en uno, se aproximaron los 4 que ya estaban a puntito de correrse.
–¿Queréis llenarme toda la cara de esperma?¿O preferís sobre mis tetas? Tenéis mucha suerte de disponer de una mujer de verdad, seguro que no os coméis un puto rosco,¡asquerosos!. – dije airada y furiosa.
Ninguno de aquellos tíos dijo nada. Únicamente se acercaron y se colocaron de tal forma que sus pollas descansaban sobre mi cara llena de semen pero no les importó en absoluto, y tengo que decir que en aquel momento tampoco me importó mi…
Aunque no quería verme de ningún modo en aquella situación estaba realmente excitada y me sentía empoderada de tener a tantos hombres pendientes de mi.

-Me voy a hacer una cubana con tu permiso señorita.- dijo de guasa uno de aquellos hombres.
Me cogió los pechos y comenzó el vaivén. En ese instante me encantaba sentir su polla caliente entre mis tetas. Mientras que otros dos se me pusieron a los lados y me golpeaban las mejillas.
-Chupa tía- dijo uno de los otros.
Y eso hice. Comencé a mamarle la polla hasta el fondo. Podía sentir con mis carnosos labios el pelo de sus pelotas, y lo hice justo hasta el momento en que el chaval de la cubana mencionó que se corría.
-!Me corro¡, quitad de ahí que le voy embadurnar la cara de semen a esta puta. ¡Toma leche!
justo en aquel momento gire mi boca hacia su polla mirándolo fijamente a los ojos. El se corrió salvajemente en mi boca y mis labios, tanto que al intentar abrirlos se creaban burbujas de esperma, algo asqueroso pero super excitante a la vez. El que quedaba libre ocupó el lugar de este último y seguimos así durante un par de minutos.
-Me voy a correr- volvió a decir otro.
-Espera que no me falta nada a mi y nos corremos los dos a la vez.- dijo el otro
Y así hicieron, se la meneaban frente a mi cara durante unos segundos y casi al unísono empezaron a lanzar chorros de semen que seguían cubriendo más y más mi cara hasta ahora de ángel.
En aquel momento pensé que debía estar irreconocible. Notaba como el semen escurría por mi cara y goteaba hasta mis tetas y como el esperma que tenía sobre la ceja derecha estaba a punto de deslizarse sobre mi ojo, el único que todavía podía abrir.
No podía estar más excitada y en aquel momento tuve otro orgasmo. ¿Cómo es posible que esta situación que yo no no quería cómo podía estar tan cachonda? Quizás me guste la dominación y nunca lo he sabido hasta ahora. ¡Oh Dios! solo recordarlo me pongo super caliente otra vez.
Ya solo quedaba el que se estaba haciendose una cubana con mis pechos.
-Vamos solo quedas tú follatetas.- le decían el resto de tíos.
-Espera qué ahora vas a probar la calidad- dijo mientras daba pollazos contra mis tetas haciéndolas temblar.
Al poco se levantó quedando su polla frente a mi cara rozándome la punta de mi nariz.
-Creo que me voy a correr en tu frente que es donde menos lefa tienes guarra, ¿o mejor en tu pelo?.
-Donde tú quieras, machote- dije provocando a aquel idiota.
-Pues abre la boca.– me dijo aquel tio salido.

-Vamos dame tu leche cariño, dejame probarla. ¡¡¡Vamos echamela toda campeón!!! – Le dije a ese puto salido.
Y eso hice. Abrí la boca y miré fijamente a los ojos. Le clavé la mirada tanto que estoy segura de que ese tío por más borracho que estuviera jamás se olvidaría de mi.
-¡Aaaaaaaghh….. me corro!- dijo mientras casi se la arranca meneandola frente a mi cara.
Empezó a descargar su leche sobre mi lengua, tan fuerte que el chorro lo noté chocar contra mi campanilla. Aquella polla debía llevar algún tiempo sin vaciarse y lo soltó todo dentro de mi boca.
-No te lo tragues todavía, quiero ver mi obra y quiero que lo saborees bien.
En aquel momento comencé a relamerme y agarre su todavía dura polla dándole dos buenas succiones y meneos, estaba segura de que esa polla todavia tenia algo mas para mi.
Y me lo tragué todo. Tenía poco sabor, era algo ácido y salado pero lo que más morbo me daba era la textura viscosa, sobre todo de los grumos espesos. El chorro que tenía colgando de la campanilla me producía cosquillas pero no era capaz de tragarlo.
Tragué poco a poco para degustar aquel semen. En aquel preciso momento me sentía como una reina, como si los hubiera vencido en una pelea.
Entonces sonó la megafonía y varios aplausos y silbidos: “Guau! Increible, uno de los mejores shows que he visto en mi vida, y ¿saben?, creo que me toca a mi disfrutar de la periodista ajaj”
En aquel momento todos rieron pero yo no. ¿Cómo podían saber que yo era periodista? ¿Quizás el jefe de aquel night club se lo dijo en algún momento? Había vuelto en mí y estaba totalmente traumatizada. Notaba el fuerte olor a semen y el sabor salado en mi boca, tenía un párpado cerrado a causa de la cantidad de esperma que debía haber sobre mi rostro y seguía frente a 60 personas que lo habían visto todo. Ya no me acordaba del reportaje, solo quería que me tragara la tierra.
-¿Qué he hecho?– me dije en voz baja.
Momento en el cual el bajito y otro hombre del local levantaron mi silla.
-Me ha dicho el jefe que nos la podemos tirar, ¡¡por donde queramos!!!.- dijo el bajito con voz aguda.
¡¡¡Dios no!!!- estaba más que acojonada.
-Me parece que no seremos los primeros en romperle el culo a esta zorra, ¿no señorita periodista? jaja.- dijo el grandullón.
No contesté pero nunca me habían dado por el culo y menos todavía tragar lefa o recibir chorros de semen en la cara. Ni mucho menos participar en acto semejante… estaba super avergonzada y a la vez furiosa por todo aquello que me había sucedido, pero a la vez me sentía muy mal por haberme excitado tanto por toda la situación. Estaba realmente confundida.
Llegamos al despacho de Roberto, el jefe de aquel Night Club. Allí estaban él y 4 hombres más.
-¡Os voy a denunciar a todos, hijos de puta!.– dije rabiosa y con cara llorosa.
-No creo q sirva de mucho que me denuncies. Me deben muchos favores y mucha privacidad mis amigos de los juzgados y comisaría, ajajaja. ¿Verdad que sí mis queridos colegas? – dijo Roberto.
Oh no!, todos ellos eran….
-Cierto, y he de añadir que si acudes así a mi comisaría con toda la cara tirante y oliendo a semen, te echamos a patadas o a pollazos, jajaja.- dijo uno de ellos.
Aún tenía la esperanza de salir de allí sin ser violada y desvirgada por mi culo. Acto seguido cerraron la puerta tras de mí y todos aquellos hombres me miraban fijamente.
entonces Roberto, el jefe de aquel putiferio maloliente abrió el primer cajón de su mesa y sacó un sobre con un buen fajo de billetes y me lo tiro a la cara.
– Querías conocer cómo es un night club por dentro, bien, pues ya lo sabes. Hoy has vivido lo que siente cualquiera de mis putas. ¡Y encima has ganado un buen dinero! jajajaja ¿Crees que tienes suficiente material para tu artículo?-

En aquel momento no sabía qué contestar. No tenía claro si era mejor hablar o no hacerlo, así que simplemente asentí y guardé aquel abultado sobre en el bolso.
-Te he pedido un taxi, no tardará. Puedes limpiarte y asearte.- Dijo el gerente del Night Club.
Y salí por aquella puerta hacia afuera del burdel. No quería mirar hacia atrás ni limpiarme, tan solo quería salir lo antes posible de aquel sitio.
La madame estaba en la puerta y cuando salí por la puerta me dijo:
-Hasta otra preciosa, vuelve cuando quieras- decía riendo airadamente…
Dios mio, no podia estar mas nerviosa pero solo quería marcharme de allí. Corrí hacia el taxi y le pedí que me llevara a mi casa.
Unas horas más tarde, en casa…
Por fin estaba a salvo, en mi casa, dándome una ducha y lavandome a conciencia. Quería quitarme todo aquel olor a sexo y semen que no paraba de percibir. Me sentía fatal por todo aquello que había pasado pero a la vez estaba confundida, pues también había gozado y eso me hacía sentir peor.
No sabía qué pensar de todo aquello, lo que es bien seguro es que jamás olvidaré la experiencia. Y encima todavía tenía que hacer el puñetero artículo.
– Si al menos hubiera venido Mario nada de esto habría pasado.- pensaba para mi.
Al día siguiente lleve un completo artículo a la redacción. Posiblemente sea el mejor artículo que jamás he escrito, pues nunca pude haber vivido de un modo más real toda aquella experiencia. Describi todo lo que paso con pelos y señales, por supuesto como si todo aquello le hubiera pasado a otra chica. Espero que al menos me sirva para lograr un ascenso.
-Hola Jessica, te espera Don Antonio en su despacho-
Así que me dirigí rápidamente al despacho de mi jefe, a llevarle el artículo que él mismo me pidió redactar. Abrí la puerta del despacho y entre…
-Pasa Jessica.. ¿Qué tal lo pasaste en el Night Club de mi amigo Roberto, cuéntame?…. –
Espero que hayas disfrutado de este pequeño relato. Cuentame que te a parecido dejandome un comentario. Besos y hasta otra 😉